Agosto de 2014

Desde el Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay repudiamos las declaraciones del Secretario de Seguridad Sergio Berni, en las que sostuvo que Argentina debería deportar a los “delincuentes extranjeros que vienen a la Argentina únicamente a delinquir”. En numerosos estudios se ha demostrado que la incidencia de los inmigrantes en los índices de criminalidad es irrisoriamente baja. Así como se ha demostrado que los migrantes tampoco inciden en la profundización del desempleo. Estos argumentos son xenófobos y pretenden culpabilizar a un colectivo por “portación de nacionalidad”, así como en otros momentos de la historia se ha acusado y estigmatizado por “portación de cara”. Acusaciones similares a las del Sr. Berni fueron anteriormente sostenidas por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en el contexto de “la toma” del Parque Indoamericano y reproducen las narrativas de la década del ’90, en la que se buscó depositar en los inmigrantes limítrofes los problemas de la falta de trabajo y pobreza tan característicos del modelo económico. Hacer una lectura nacionalista de los actos delictivos sólo sirve para profundizar la discriminación y desoír las claras relaciones que existen entre estas actividades y la desigualdad económica existente en la región. Declaraciones como «Este fin de semana detuvimos más de 60 delincuentes extranjeros que vienen a la Argentina únicamente a delinquir. Esto corresponde a la laxitud del sistema penal y del penitenciario» alimentan la xenofobia e impiden un abordaje real de las características de la migración regional a la Argentina, así como tampoco colaboran a disminuir la “inseguridad”. 

Desde el GESP, hacemos un llamado a eliminar estos estigmas y a evitar un retorno discursivo a los ’90, década en la que los migrantes limítrofes fueron acusados injustamente de las consecuencias económicas de un sistema desigual, no distributivo y empobrecedor de gran parte de la sociedad.