27 de Septiembre de 2015

El Rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Peralta, ha sido acusado por cargo de corrupción  y nepotismo. Lxs estudiantes han salido a protestar y han tenido que tomar la sede de la UNA para exigir una respuesta sólida por parte de la Universidad.

La UNA, universidad estatal más antigua y con mayor matrícula, ha sido denunciada en numerosas ocasiones por haberse convertido durante la dictadura en una extensión del Partido Colorado (situación que perdura hasta la actualidad), regida por favores políticos y rencillas faccionarias, en la cual los profesores que no pertenecen a esta línea tienen problemas de permanencia y de persecución.

La situación de Froilán Peralta no es más que la punta del iceberg de los problemas estructurales que afronta el sistema educativo paraguayo, no sólo a nivel universitario, sino general:

  • vaciamiento educativo,
  • disminución progresiva del presupuesto,
  • carencia de infraestructura necesaria,
  • empobrecimiento curricular,
  • proliferación de instituciones privadas de dudosa legalidad
  • y con escasos contenidos educativos.

Estos fenómenos, llevan a una gran parte de los jóvenes (aquellos que pueden hacerlo por contar con las condiciones económicas) a emigrar en la búsqueda de opciones educativas.

Los estudiantes se plantaron a exigir la renuncia del rector –quien se escondió desde que escapó de una protesta en su contra– y se abrieron paso a plantear otras demandas que tienen que ver con la desmejora del sistema universitario paraguayo. Rápidamente, la policía antimotines rodeó a las y los estudiantes al tiempo que la fiscalía –que tenía lazos previos con el rector– advirtió que los jóvenes estaban violando la ley, siguiendo una afianzada práctica de criminalización de la protesta y de protección de los verdaderos delincuentes.

Tras días de vigilia, el rector Peralta renunció y se entregó a la justicia el 25 de Septiembre, lo que desencadenó la renuncia de otras autoridades universitarias.

Las/los estudiantes no han “tomado de rehenes” a 37 autoridades universitarias, como han declarado algunos medios, están ejerciendo su derecho legítimo a protestar por medios pacíficos; en todo caso, han sido las malas prácticas políticas y los partidos tradicionales, la corrupción y la ilegalidad, así como la persecución ideológica y el desinterés por los estudiantes los que han tomado de rehenes al sistema educativo paraguayo.

Desde el Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay, acompañamos las consignas que embanderan la movilización de los estudiantes, muchos de los cuales han participado y colaborado en nuestros Talleres anuales, y nos solidarizamos con una lucha estudiantil que –creemos– no hace más que exigir la democratización, en su funcionamiento y en su contenido, de una de las principales instituciones formadoras de Paraguay.

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